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Taller ‘Alimentación y su relación con las etapas del desarrollo’
14 enero, 2018
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Qué más hacemos cuando alimentamos

Escuela de Padres – Taller ‘Alimentación y su relación con las etapas del desarrollo’

Viernes 26 de enero 2018 a las 16h
Dirigido a: mamás y papás con niños y niñas de 0 a 3 años
Duración: 90 minutos


Si pensamos en un niño alimentándose, ¿qué imagen nos viene a la cabeza? Un bebé mamando, un niño con la cara llena de papilla, ¿o es un niño que llora, o rechaza la comida o que coge los macarrones a puñados? Parece que las posibilidades son múltiples porque la relación del ser humano con la comida no es sencilla.

En este taller, relacionamos la alimentación y las etapas del desarrollo porque, el desarrollo psíquico, la construcción de un esquema mental de lo que somos, comienza en la boca, como puerta a los alimentos y como medio de llamar al otro para que nos vea, escuche y reconozca. Esta doble vertiente es importante, porque los adultos debemos interpretar lo que le pasa al bebé cuando protesta, y conviene plantearse que son varias las posibilidades, y no taponar cualquier intento de comunicación con “algo que llevarse a la boca”, no sea que aprenda que todo se arregla comiendo. La primera parte del cuerpo que un bebé empieza a identificar es su boca, gracias a que es ahí donde se producen las primeras sensaciones agradables (sabor, calor). Pero detrás de la boca está la tripita y después la caquita, … Y gracias a todas estas sensaciones y a que los otros que lo rodean (la madre, el padre, otros cuidadores) van poniendo palabras a esto, el cuerpo se va estructurando en su cabeza y acompaña el desarrollo.

En definitiva la alimentación en un niño no es cualquier cosa. A veces es problemática y a veces no. Los padres lo pasan mal si el niño no come, si lo vomita todo ¿y si come de más, o si cuando llora lo único que recibe es comida? No se trata aquí solo de plantearse problemas con la alimentación, que también, sino de pensar qué estamos transmitiendo a los hijos al alimentarlos, con nuestra actitud ante la comida. Tendrá que ver con la manera en que después se relacione, no sólo con la comida, sino también con otros “alimentos” o elementos que pueden venir a llenarnos de manera excesiva, como las adicciones, tanto a sustancias que se ingieren como a compras compulsivas o a estar todo el día pegado al móvil. Se puede atiborrar a un niño y quedarnos tranquilos porque está comiendo, o se puede establecer una relación armoniosa con la comida en cuanto a disfrute y adecuación.

Hay un meme que circula por Internet que dice: “Y murió la plantita de tanto que le daba agua, y entendí que dar de más, aunque sea de algo bueno, no siempre es lo adecuado.” Es muy gráfica en cuanto a este dar de más al otro, dar siempre lo mismo, porque cuando un niño llora no siempre tiene hambre o cuando pide agua por la noche, puede que no tenga sed.


Taller ‘Alimentación y su relación con las etapas del desarrollo’

Viernes 26 de enero 2018 a las 16h
Dirigido a: mamás y papás con niños y niñas de 0 a 3 años
Duración: 90 minutos
Imparte: Sara Lucena Díaz – especialista en aspectos psicológicos de la maternidad y el embarazo con un master en Terapia Familiar y de Pareja.

Precio: 12 euros para padres y madres de la escuela; 15 euros para familias externas.

Inscripciones: a través de nuestro formulario de contacto


Foto de portada: Teksomolika / Freepik

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1 comment

  1. Sara Lucena Diáz

    Las preguntas que surgían cuando empezamos el taller eran acerca de si estaban haciendo bien la alimentación de los hijos, si era adecuado dar trozos, si sería suficiente cantidad y la cuestión es que la perspectiva del taller era psicológica, no nutricional ni médica. El desarrollo psíquico y el biológico son paralelos, cuando un ser humano nace es pura biología, y es como el otro materno lo acoge y responde a sus necesidades, como lo convierte en ser social. El primer intercambio es dar de comer, el pecho (u otras opciones). El primer llanto de e un niño es porque siente malestar, pero no se busca a otro que ni se sabe que existe. Lo que sucede es que es respondido y se abre una vía de comunicación, primero para pedir satisfacción de necesidades y progresivamente para tener contacto con el otro. Ahí surge el ser social, pero la alimentación y la comunicación han empezado a la vez. Al desarrollo biológico responde la Medicina, el peso, los percentiles. Si yo me preocupo de si mi hijo está comiendo bien, hay un motivo. Hay una respuesta médica pero, pero si me sigo preguntando si lo hago bien, me estoy preguntando más allá. ¿No me estaré cuestionando por mis decisiones, actitudes, enseñanzas como padre o madre? Hubo alguien que dijo: “Yo tengo mi manera de alimentar, y mi madre tuvo otra, a ella le parece una barbaridad lo que yo hago”. Cierto, porque cada uno es la madre o el padre que es y lo que transmite a sus hijos con la alimentación es su manera
    de ser madre o padre.

    Hablamos también de las etapas del desarrollo que avanzan en función de la parte del cuerpo que es mas relevante en cada etapa. Primero la oral, la boca es el primer foco de relación con el mundo, después la anal, el control de esfínteres, lo que hace o deja de hacer con ellos influye en como el otro responde. Las siguientes fases son la fálica cuando descubren la diferencia anatómica de los sexos, una etapa de latencia en que se olvidan un poco de todo esto, y la pubertad.

    También hablamos de las pulsiones, algo más complejo pero relacionado con las etapas del desarrollo. Son estímulos internos que nos mueven a actuar, nos interesaba en este caso la pulsión oral relacionada con esas ganas de tomar algo más allá de lo imprescindible, de nuevo la comida es algo más allá de lo biológico e instintivo. No es simplemente alimentar un cuerpo sino también socializar. Cuando enseñamos a los hijos a comer de todo, a tener unos horarios, unos modales, a ser autónomos alimentándose, son enseñanzas que se transmiten a todos los demás aspectos de la vida y de relación con otros. Desde el punto de vista psicológico debemos pensar si les estamos enseñando a medirse, a respetarnos como padres mostrando seguridad y autoridad, si nos ven demasiado preocupados por lo que comen lo manejarán, porque sólo así pueden comunicarse, y dado que la pulsión siempre está, enseñar otros modos de satisfacerse y recortar impulsos.