Y es que desde el primer momento en que el bebé se descubre sus manos y empieza a experimentar con ellas (mirándolas, moviéndolas, intentando tocar o agarrar algo…), su curiosidad por todo lo que le rodea comenzará a ir en aumento. Poco a poco irá avanzando e irá alcanzando importantes hitos. Entre ellos el movimiento, como su primera gran inquietud y así comienza su descubrimiento de un nuevo mundo repleto de posibilidades.
Los niños y niñas nacen con ese maravilloso instinto de la curiosidad y gracias a él pueden iniciar su desarrollo en todos los aspectos, primero poniendo todo su interés en moverse y una vez controlan su motricidad, ésta les permite el inicio de la exploración. Y la exploración activa del entorno les va a llevar al descubrimiento por medio de experiencias preparadas con un estudiado objetivo pedagógico de estimulación.
Unas experiencias llenas de color, sonido, luces, diferentes texturas, olores y sabores, y todas ellas junto a compañeros con los que comparten y socializan.
Los adultos proponen con una clara intención pedagógica, y acompañan en el juego para hacer del descubrimiento una experiencia más rica y siempre unida al lenguaje. Es importante poner nombre a todo aquello que van descubriendo. Y aquí introducimos el multilingüismo como otra riqueza y curiosidad para ellos, que se inicia desde muy pequeños.
Este sistema de juego, que para ellos es una diversión, les incita aún más a la exploración. Perciben sus descubrimientos y sensaciones con gran satisfacción y sienten así que consiguen sus propios logros, proporcionándoles una óptima seguridad en ellos mismos.
Por parte del adulto, se les acompaña y propone, pero les damos libertad para que actúen cada uno conforme a su carácter y respetando su propia manera de sentir como rasgo individual diferenciador.
Ellos van a mostrar sus preferencias e inquietudes de manera segura y a través del juego experimentan, descubren, aprenden y estimulan la imaginación.
Todo les es desconocido o poco conocido, lo que nos permite mostrarles múltiples opciones para explorar e incentivar su creatividad y espontaneidad.
Descubrir es sentir y sentir es percibir el exterior desde el interior.
Después vendrán los momentos de dar rienda suelta a su creatividad y fantasía, relacionando lo descubierto con su propio mundo interior.
Y así, desde el juego, exploración y experiencia descubren el exterior y se descubren a ellos mismos.
Joana Gomariz
Directora E.I. Sus Pequeños Pasos