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El Trastorno Negativista Desafiante
4 agosto, 2015
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En la entrada anterior del blog hablamos de la emoción de enfado, de las conductas agresivas y las pataletas. Esto es normal en todos los niños. Sin embargo hay veces que los psicólogos hablamos de “trastornos de conducta” cuando ya hay un problema.

¿Pero qué es un trastorno? ¿Todas las diferencias son trastornos?
Pues bien, evidentemente no todo lo diferente implica un trastorno:

  • Existen diferencias individuales.
  • No todas las diferencias implican problemas.
  • No todos los problemas son un trastorno.
  • Muchos problemas son debidos a la no adquisición de hábitos y habilidades, y a malos aprendizajes.
  • Y por supuesto NO hace falta esperar a tener un trastorno para intervenir. De hecho la palabra “trastorno” viene adoptada del modelo médico, y es una manera de dicotomizar en dos categorías (“trastorno” y “no trastorno/normalidad”) algo que en realidad es un continuo dimensional. El pronóstico es mucho mejor cuanto más temprana es la intervención.

¿Cómo saber cuándo un niño tiene pataletas que entran dentro de la normalidad y cuando se trata de un problema?
Los psicólogos hablamos del llamado “Trastorno Negativista Desafiante” (TND) cuando se cumplen una serie de criterios diagnósticos recogidos en el DSM-IV-TR (Manual Diagnóstico y Estadísticos de los Trastornos Mentales en su versión cuarta revisada). Este manual ha sido elaborado por la APA (Asociación Americana de Psiquiatría). En realidad el manual acaba de sacar su versión quinta este año en 2015 pero esta última versión ha obtenido muchas críticas de una gran parte de la comunidad científica al haber bajado mucho los umbrales diagnósticos y aumentado el número de trastornos, y por tanto voy a optar por comentar los criterios de la versión cuarta revisada, que es la versión justo anterior.

¿Qué es el Trastorno Negativista Desafiante?
Los criterios para poder hablar de un “Trastorno negativista desafiante” tenemos que estar ante un “patrón repetitivo y persistente” (es decir, no se trata de algo puntual, si no frecuente) “de comportamiento negativista, hostil y desafiantes” ¿Y en qué consiste este tipo de comportamientos? Pues debe incluir 4 o más de los siguientes criterios durante al menos 6 meses (implica una cierta duración):

  • A menudo se encoleriza e incurre en pataletas
  • A menudo discute con adultos
  • Desafía activamente a los adultos, rehúsa cumplir sus demandas
  • A menudo molesta deliberadamente a otras personas
  • A menudo acusa a otros de sus errores y mal comportamiento
  • A menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros
  • A menudo es colérico y resentido
  • A menudo es rencoroso y vengativo

Por último los síntomas deben provocan deterioro significativo en el área social académica o familiar.
la frustración Fuente imagen: Rincón de la psicología

 
 

¿Qué características tiene el TND?

  • ¿Es frecuente? En concreto la prevalencia (frecuencia de casos) en población general (no clínica) se estima entre un 2-16%, además la prevalencia es mayor en varones (antes de la pubertad, pero se igualan después). Es uno de los más frecuentemente diagnosticados en los centros de salud mental de niños tanto en régimen ambulatorio como en hospitalización.
  • ¿De qué hay que diferenciarlo? El diagnóstico diferencial se realiza principalmente como ya se ha dicho, de las pataletas normales; en preescolares (y también en adolescentes) son muy frecuentes comportamientos negativistas transitorios por lo que es preciso ser cautas al establecer el diagnóstico.
  • ¿Cómo suele comenzar y desarrollarse? El inicio es gradual y los síntomas tienden a incrementarse con la edad (pudiendo derivar en trastornos de conducta más graves como el disocial), si no se trata tiende a cronificarse y agravarse. Además el inicio es temprano (normalmente suele sobrevenir antes de los 8 años y no más tarde de la adolescencia).
  • ¿Con qué correlaciona? ¿se asocia a otros problemas y trastornos? Como ya se trató en la segunda entrada del blog, se relaciona con unos malos estilos educativos, concretamente con pautas educativas duras (estilo autoritario), incoherentes, permisivas (estilo permisivo) o negligentes. Esto significa que con nuestro tipo de estilo educativo podemos prevenir o bien consolidar el trastorno. Ya que un estilo educativo inadecuado es un factor de riesgo para desarrollar el TND.

¿Qué podemos hacer para prevenir la aparición del TND y de los trastornos de conducta?

  • Trabajar el autocontrol y la regulación emocional (psicoeducación y gestión de emociones como comentamos en el post pasado).
  • Incrementar la tolerancia a la frustración.
  • Fomentar la capacidad para saber posponer el deseo (demora de la gratificación), pensar en las consecuencias a largo plazo y no sólo en el refuerzo a corto plazo.
  • Poner límites: Adquisición de normas y valores.
  • Detectar factores de riesgo, promover factores de protección.
  • Mejorar la comunicación y el clima familiar.

¿Cómo entrenar la tolerancia a la frustración?
La frustración es un sentimiento normal cuando algo o alguien nos impide la consecución de nuestros objetivos o deseos. Sin embargo en la vida esto va a ocurrir frecuentemente porque no siempre uno va a obtener lo que quiere y cuando lo quiere. Por tanto es mejor estar entrenado para sobrellevar lo mejor posible esa frustración que a todos nos alcanza en algún momento. Para ello algunas pautas son:

  • No acceder a demandas irracionales del niño
  • No atender ni ceder a peticiones precedidas de rabietas, pataletas y muestras de ira (reforzamos esa conducta como útil para conseguir el fin, la instrumentalizamos).
  • Enseñar al niño a respetar a los demás, sus opiniones, sus turnos de palabra, sus objetos personales/propiedades.
  • Aprender a compartir con los demás.
  • Predicar con el ejemplo. Ser un buen modelo.
  • No darle inmediatamente lo que pida: dejar pasar un tiempo entre la petición y la concesión (practicar la paciencia y la demora de la gratificación).
  • Enseñarle que conseguir cosas supone esforzarse (plantear situaciones a superar para obtener lo que quiere para que lo valore).
  • Permitir que se equivoque, es normal equivocarse, no dar la solución a todo lo que ocurra.

Ariadna de la Vega Castelo

 
 
*Imagen en la cabecera: freeimages.com by Gualter Barros

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