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Manual para sobrevivir en navidad
23 diciembre, 2015
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Esta será la última entrada del blog antes de las fiestas y por tanto quiero aprovechar a desearos una feliz Navidad. Mi deseo especial para el 2016 es que aprendamos mucho junto a nuestros hijos en este nuevo año. Además me encantaría que nos conozcamos en persona el nuevo año, así que estáis invitados al primer taller presencial del año que se impartirá en enero de 2016.

Como en estas fechas estamos rodeados del espíritu navideño quería aprovechar esta entrada para hablaros de algo que precisamente que en estas fechas normalmente preocupa mucho a los papás; el efecto de estas fiestas en nuestros niños, los pros y contras, los regalos, los desbarajustes de horarios y rutinas… por tanto ahí van unas pautas para contestar algunas de las dudas más frecuentes y sobrevivir airosos a la Navidad:

  1. Me preocupa no poder mantener los horarios y rutinas del niño debido a todos los encuentros y compromisos familiares que supondrán cambios en la dieta, el sueño...
    • Mi respuesta como profesional sería que nunca un psicólogo podrá tener la última palabra en un tema tan personal. Si bien es verdad que todo psicólogo te dirá que las reglas y las normas son necesarias, luego cada familia tendrá sus propias reglas y consignas específicas. Lo importante es que haya reglas, más que el contenido exacto de la misma. Es decir, si la regla es que la hora de acostarse son las 20.30 o bien si son las 21h, es un tema de cada familia en el que un profesional no se puede inmiscuir. Lo importante es que haya una hora de acostarse, unos hábitos o rutinas, y que el niño cumpla con el total de horas de sueño necesarias para su desarrollo y buen rendimiento. Y aunque sean ligeramente diferentes en cada familia, todas pueden ser igualmente válidas. No hay una única manera correcta y perfecta.
    • Los psicólogos repetimos hasta la saciedad que las rutinas son muy importantes, pero también es cierto que una cosa casi aún más importante es la flexibilidad. Lo que define la conducta inteligente es precisamente la adaptación al medio y a las circunstancias variables. Por tanto la rigidez no suele resultar adaptativa. Que existan excepciones no quiere decir que no existan reglas. Por tanto si unos días va a acostarse más tarde o a comer “peor” o cosas diferentes y por ejemplo resulta que la cena de noche buena ha acabado alimentándose prácticamente sólo de dulces, puede flexibilizarse en pos de la diversión y compartir tiempo festivo y de calidad con toda la familia, que también es de gran importancia para el niño.
    • Se trataría por tanto de pactar unos días más excepcionales (por ejemplo las fechas típicas señaladas como pueden ser cena del 24 y comida del 25, cena del 31 y comida del 1, y reyes) pero el resto de las navidades fuera de las fechas más señaladas intentar seguir con la rutina normal la mayor parte del tiempo dentro de lo posible. Un “descontrol” en media docena de comidas durante las dos semanas de vacaciones, es algo puntual y excepcional. Si el “descontrol” es durante las dos semanas, entonces el “descontrol” es la regla y no la excepción.
    • Evidentemente también tendrán que tenerse en cuenta las diferencias individuales, esto es, cada niño y cada familia es un mundo y puede tener unas particularidades o necesidades especiales. Si es un niño que ha estado en tratamiento por problemas de insomnio y dentro del tratamiento se le está pautando una higiene del sueño y hábitos ordenados, posiblemente intentaremos no descuadrar tanto los horarios como si es un niño que se adapta muy bien a los cambios y que duerme o come siempre fenomenal.
  2. Me preocupa que con tantos regalos de papá Noel y reyes no los valore y se vuelva más materialista. A veces los abren y luego no los vuelven a tocar.
    • Respecto a los regalos es cierto que muchas veces los niños parecen divertirse más con la caja o el envoltorio que con el regalo en sí, que abren y abren regalos y luego muchos de ellos no los vuelven a tocar y se quedan olvidados en un cajón sin hacerles ni caso, por eso mi recomendaciones serían:
    • Menos es más. La capacidad atencional es limitada, así que entre tantos no podrán valorar bien ninguno. Una niña siempre ha valorado más su única muñeca que si esa misma muñeca es una entre 50.
    • Intentar cambiar cantidad por calidad. Y la calidad de un regalo no es que la bici sea el último modelo, el más caro y seguro o que el libro sea el más educativo y premiado para la infancia, si no que lo importante y lo que le da “calidad” es que mis padres estaban ahí para leerlo, o para ayudarme con toda su paciencia a montar en mi primer triciclo con ruedines, o para jugar conmigo a ese juego de mesa.
    • Intentar cambiar “tener” por “estar”, “hacer”, “vivir” y “compartir”. Pocos serán los regalos materiales que guarden para toda la vida (como mucho sólo uno de ellos acabará teniendo ese “privilegio” de ser la muñeca tan especial o el coche de la infancia que nunca tiraremos), pero la mayoría acabarán en un cajón. Sin embargo algo que sí que se guardará para toda la vida es ese recuerdo de eso que hice en navidad con mis padres (ir a ver los belenes, una entrada al cine o a un espectáculo sobre patines, etc), de cómo compartí tiempo de calidad con ellos, como me prestaban atención y era yo su prioridad, cómo yo les importaba y cómo me descubrieron la magia de la Navidad. No nos estresemos que estas fechas tienen cosas buenas y mágicas independientemente de nuestras creencias religiosas.
    • Pactar con papá Noel y los reyes magos quién de los dos se va a encargar de traer los regalos ¿preferimos trineo o camellos?. Muchas familias celebran principalmente una u otra (esto va por tradición de cada familia y evidentemente los psicólogos no es nuestro papel inmiscuirnos en algo tan personal). Algunos prefieren papá Noel porque así tienen todas las navidades para disfrutar de los regalos y en reyes sólo hay un regalo más modesto. Otros prefieren reyes porque siempre haya sido una tradición especial para su familia a la que guardan mucho cariño y en papá Noel sólo ponen un pequeño detalle. Lo ideal sería que no se juntara con una cantidad ingente de regalos en AMBAS fechas si no que se eligiera una fecha principal.
    • Ayudar a los reyes magos que nos van a dejar cosas en casa de abuelo, tíos, etc, a saber qué necesitan nuestros niños, escribiéndoles una carta que les facilite la labor. A veces nos da reparo pedir lo que necesitamos y lo dejamos al azar y buen criterio de los reyes, pero si no queremos que nos juntemos con cinco muñecos repetidos y por ejemplo ningún libro (los reyes están muy ocupados en estas fechas), lo mejor es coordinarse y dejarles pistas orientativas sobre qué nos hace falta.
    • En relación al tema de los regalos, y también en otras parcelas más generales, es cierto que a los padres nos gustaría ser reyes magos omnipotentes en sus vidas, poder darles TODO a nuestros hijos, que no les faltara jamás de nada y que cualquier cosa que desearan la recibieran INMEDIATAMENTE sin demorar sus gratificaciones en absoluto. Sin embargo la ciencia ha demostrado que esto es contraproducente. Para que entendáis a que me refiero, por último y para terminar os dejo un enlace a un video de una charla de la plataforma TED. Es breve, divulgativo y en clave de humor. Ilustra muy bien el fenómeno de la demora de la gratificación, que según indican los estudios de investigación, es una variable que evaluada en niños preescolares, se relaciona con y es capaz de predecir el éxito en la vida en la edad adulta. Este fenómeno se describe como la capacidad para rechazar una satisfacción inmediata por otra de mayor cuantía pero futura y ha sido ampliamente estudiado sobre todo por Mischel en población infantil preescolar. En el video se les indica a los niños que si no se comen el “Masrshmallow” (la golosina) y son capaces de esperar 15 minutos, y entonces tendrán dos golosinas en vez de una. Es decir aprender a valorar y ganarse las cosas.
    • VÍDEO Don’t eat de Marshmallow!
      No te comas el malvavisco
      Fotograma del vídeo
  3. ¿Son más los pros o los contras de estas fechas? Todos tenemos de vez en cuando un grinch verde dentro que nosotros que nos dice, “qué fastidio, esto de las Navidades es todo un estrés, un gasto ingente en comida y regalos impuestos y de compromisos, un desbarajuste en dietas y horarios, y encima tengo que soportar aglomeraciones y reuniones interminables de familiares…” pero recuerda que lo importante no es la situación si no la interpretación que hacemos de la situación. Como todo en esta vida tiene pros y contra. En tu mano está si decides quedarte con lo bueno y descubrir la magia de la Navidad en los ojos de sorpresa de tu hijo.

Dra. Ariadna de la Vega Castelo

 

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